domingo, 27 de julio de 2014

La importancia de una posición soberana.

Cualquiera de nosotros puede estar en contra políticamente de nuestra presidente, Cristina Fernández, y su gobierno.
 
También puede no gustarnos su estilo de comunicación, como luce, su poco apego a la humildad, sus políticas sociales, en fin, hay gran cantidad de cosas por las que uno puede estar en su contra.   Pero,  lo que no podemos decir es que no tiene criterio propio o que en sus políticas se deja influenciar por los "medios de comunicación".

Creo que como pueblo, debemos estar agradecidos por eso, o al menos conformes.
No soy ningún experto en cuestiones financieras, pero percibo que el manejo del tema de "los fondos buitres y el juez Griesa", ha sido por ahora bastante bueno y muy respetuoso de los intereses del pueblo argentino y sus futuros integrantes.

Recuerdo confusamente (porque era muy joven), cuando en el año 1956, la Argentina inició los trámites para su primer préstamo con el FMI, la evocación es que para gran parte de la sociedad de entonces, aquello era casi una afrenta a nuestra soberanía.

Aquí una reseña:
"Un día como hoy, pero en 1956, Argentina, por iniciativa del presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, ingresó al Fondo Monetario Internacional, contrayendo así su primer préstamo con dicho organismo internacional. La incorporación argentina fue recomendada por el entonces asesor del gobierno, Dr. Raúl Presbich, quien en su “Informe preliminar acerca de la situación económica”, instó a que la Argentina se endeudara con el exterior.
 “Hay dos serias confusiones en cuanto al empréstito exterior. Primero, que no hace falta; y segundo, que compromete la soberanía nacional (…) Creo que el capital privado extranjero (…) podrá estimular poderosamente el desarrollo económico argentino. ” (1).
Por el decreto–ley Nº 7103, de fecha 19 de abril de 1956, se dispuso que se inicien los trámites necesarios para obtener el ingreso de la República Argentina al Fondo Monetario Internacional y al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. En años anteriores, el ex presidente Juan Domingo Perón se negó terminantemente a ingresar a ellos, asegurando que dichas instituciones eran un instrumento de sometimiento de los países centrales para imponer políticas a los países periféricos. Diez años después de la decisión de Aramburu, Perón reafirmó su postura desde el exilio en los siguientes términos: “Advertí que en él –el FMI- participarían la mayoría de los países occidentales, comprometidos mediante una larga contribución al Fondo, desde donde se manejarían todas sus monedas, se fijaría no sólo la política monetaria, sino también los factores que directa o indirectamente estuvieran ligados a la economía de los asociados (…) He aquí alguna de las razones, aparte de muchas otras, por las cuales el gobierno justicialista de la República Argentina no se adhirió al Fondo Monetario Internacional. Para nosotros, el valor de nuestra moneda lo fijábamos en el país, como también, nosotros establecíamos los cambios de acuerdo con nuestras necesidades y conveniencias (…) Ha pasado el tiempo, y en casi todos los países adheridos al famoso Fondo Monetario Internacional se sufren las consecuencias y se comienzan a escuchar las lamentaciones. Este fondo, creado según decían para estabilizar y consolidar las monedas del “mundo libre”, no ha hecho sino envilecerlas en la mayor medida.” (2)

(1) PREBISCH, Raúl: “Informe preliminar sobre la situación económica”. Ed. de Secretaría de Prensa de la Presidencia de la Nación. Buenos Aires, 1955.

(2) PERÓN, Juan Domingo. Mensaje enviado desde el exilio: Madrid, 1967."

Ahora, pasado el tiempo, casi se consideró una afrenta a nuestra soberanía haber cancelado la deuda con el FMI.

Hoy aparecen 2 buenos artículos en P12 sobre el tema buitres, de Zaiat y Verbitsky.

Dice Zaiat:
La presión de fondos buitres, con la entusiasta colaboración del juez y el apoyo de analistas y medios locales, apunta a que Argentina pise el palito de la cláusula Rights Upon Future Offers (RUFO) contenida en los contratos del canje de deuda en default de 2005 y 2010. Tras ese objetivo se encuentra la insistencia en estas semanas de utilizar el término “negociación” por parte de los representantes legales y de lobby del financista Paul Singer. Si Argentina estuviera negociando mejores condiciones de pago con fondos buitre, antes del 31 de diciembre de este año, cuando vence el plazo de esa cláusula, estaría preparando el terreno para esos nuevos juicios.
Si bien en el prospecto de emisión de los bonos del canje está escrito que se debe tratar de una oferta “voluntaria” del país a otros acreedores, quedará a criterio de otros jueces –no de Griesa– si efectivamente así fue. Por ese motivo Argentina adelantó que acatará el fallo pagando la sentencia, pero en condiciones “justa, equitativas y legales”. No dice que está negociando; reafirma una y otra vez que acepta el fallo, y cuando la delegación argentina se reúne con el enviado de Griesa, Daniel Pollack, lo hace sin la presencia de los abogados de los buitres. Esto forma parte de la estrategia jurídica oficial para no generar las condiciones de costosos futuros juicios, que, según cálculos conservadores, sumarían 120 mil millones de dólares. Ese es el palito que buscan que el gobierno de CFK pise para caer en la violación de la RUFO....................................
Los fondos buitre sostienen que es imposible que la RUFO se aplique, sentencia que es repetida por economistas locales al afirmar que como no es un acuerdo “voluntario”, sino forzado por una sentencia judicial, no correría esa cláusula. Para descubrir el objetivo de esa sugerencia supuestamente desinteresada, Argentina le solicitó a Griesa, y lo reiteró en el encuentro con el enviado del juez Daniel Pollack, que los fondos buitres tomen un seguro financiero y cubran los riesgos y los costos de una eventual aplicación de la RUFO. Si tal riesgo fuera nulo, tal cual ellos afirman, el precio de ese seguro debería ser despreciable. Como todos los actores involucrados en el caso saben que no es así, esa propuesta exhibe con transparencia que el objetivo Griesa-Singer es hacer pisar el palito al gobierno argentino de violar la RUFO.
Marina Dal Poggetto, directora del Estudio Bein, especuló sobre cuál es la pretensión de los fondos buitre, señalando que, en principio, deberían tener incentivos en reponer la cautelar, para ellos mismos poder cobrar en algún momento. Sin embargo, estima que eso puede que no sea así, al indicar que “no sabemos cuánta plata invirtieron en CDS (Credit Default Swaps) en contra de la Argentina e incluso en los propios bonos del canje, por los cuales podrían litigar a través de la RUFO si les pagan lo que reclaman por sus bonos no canjeados. Así estarían jugando a tres bandas: bonos defolteados, CDS y títulos del canje”. No es un análisis descabellado teniendo en cuenta la esencia de esos fondos: litigar con deuda soberana.
Insistir con la posibilidad de un próximo default, pese a que el pago ya se realizó en tiempo y forma, como forzar una situación de negociación con Argentina son los componentes más visibles de la posición buitre. Para ello cuentan, además de la siempre buena disposición de Griesa, con analistas, economistas y medios locales para replicar sus opiniones. Una de las preguntas del reportaje realizado por Infojus Noticias a Mara Laudonia, autora de Los buitres de la deuda, es ilustrativa de esa estrategia.
“–La Fundación Paul Singer, del financista que encabeza el fondo NML Capital, donó 100 mil dólares a la ONG Voces Vitales Argentinas, dirigida por la diputada nacional del PRO Laura Alonso. ¿La presión del lobby también existe en la Argentina?
–Hay lobby explícito y otro que no lo es tanto. Lo de Laura Alonso fue explícito porque al ser una ONG tiene que explicar el origen de sus fondos. Pero podemos hablar de todos los negociadores de la deuda en Argentina. Cuando escribía el libro, algunos funcionarios me confesaron que recibieron presiones personales de parte de los fondos buitre, que fueron intimidados por operadores locales. Está probado que hasta realizan operaciones de espionaje sobre los funcionarios. Es el mismo modus operandi que hicieron en Africa: allá se acusó de corrupción a funcionarios que debían negociar con los fondos buitre.”
Lo mismo pasó en el caso de la deuda peruana de mediados de los noventa, que Elliot cobró en el 2000. Una comisión investigadora del Congreso peruano concluyó que hubo funcionarios que facilitaron la operatoria para que Elliot pudiera atacar la deuda peruana.
Esta parte de la estrategia los fondos buitre no la han podido desplegar con éxito porque el gobierno de CFK no está pisando el palito.

Dice Verbistky:

 La visión predominante que los hombres de negocios especializados en la venta de información económica transmiten en portales, diarios, radios, revistas y canales de televisión asocia el default con la catástrofe de fin de siglo, una imaginería para cuya creación Paul Singer realizó todos los esfuerzos concebibles e inconcebibles. El gobierno responde que no pasará nada y con él coinciden incluso otros tenedores de bonos argentinos, tanto originales como reestructurados. Aunque no parece que pueda llegarse a alguna conciliación en las próximas 72 horas la cotización de esos bonos no se derrumbó, una constatación adicional de que es inadecuado el uso del vocablo default para lo que se dirime en estos días...............

La autoridad de Griesa es reverenciada por los mismos políticos y medios argentinos que con razón desmenuzan cada acto procesal de los jueces porteños Norberto Oyarbide o Rodolfo Canicoba Corral. Otro tanto ocurre con la gran mayoría de los políticos de la oposición. Salvo Ricardo Alfonsín y Roberto Lavagna, recomiendan pagar lo que el juez exige sin medir las consecuencias o negociar cualquier solución de apuro que impida un nuevo default. Es decir, beber de un trago la poción mágica que el país ya probó con el megacanje y el blindaje de 2001........................................

El record local corresponde a la diputada del Frente Amplio UNEN, Margarita Stolbizer, para quien lo más importante es advertir que el gobierno nacional intenta “malvinizar la situación, instalar una nueva épica y engañar a la gente”. Con una sinceridad que debe agradecerse agregó que “ni el endeudamiento es siempre malo, ni el desendeudamiento es siempre bueno”. 
Luego de esa confesión sobre aquello que se intenta imponer una vez más a la Argentina, Stolbizer lamentó que “la actitud oficial” afectara “la credibilidad y previsibilidad” del país (como tomador pasivo de propuestas ajenas) y pidió una consulta con las demás fuerzas políticas. Su discurso está emparentado con el de Héctor Méndez. Mientras su salud desmejora a ojos vista, el presidente de la Unión Industrial reclama un “pacto social” para que toda la responsabilidad no recaiga sobre “un jovencito y una señora”, como subestimó al ministro de Economía y a la presidente. 
Los mismos dirigentes políticos y económicos que recriminan al gobierno una presunta falta de respeto por el juez compiten por la expresión más despectiva hacia quienes están lidiando hoy con las consecuencias de una deuda que contrajeron otros. 
Su incongruencia no tiene límites: al mismo tiempo pueden pedir que el gobierno resigne ingresos (disminuyendo o suprimiendo retenciones, como explicaron Massa, Macri, Cobos y Sanz nada menos que en la Sociedad Rural, y excluyendo del impuesto a los ingresos de las personas a los sueldos más altos) y aumente gastos (pagando lo que exigen los fondos buitre y afrontando el riesgo de nuevas exigencias por parte del resto de los acreedores). Sin duda los sucesivos gobiernos kirchneristas han cometido errores en su política económica, que hoy lucha con la temida estanflación, y en el manejo del tiempo en la relación con los acreedores de la deuda soberana. Aún así, la distancia que media entre su liderazgo y las conducciones políticas que se anotan para la sucesión es abismal
. 
La intención de provocar en forma artificial algo que pueda asimilarse con una nueva moratoria quedó muy clara en las palabras del facilitador designado por Griesa, Daniel Pollack, para quien “el tiempo para que la Argentina evite el default es corto”. 
No todos comparten esa estrategia en Nueva York. El diario New York Times se refirió esta semana al “confuso caso de los bonos argentinos”. Sin disimular su escaso aprecio por el juez, dijo que Griesa “no supo tomar en cuenta la complejidad de la situación. 
La audiencia de esta semana dejó en claro que no terminó de entender las transacciones con bonos sobre las que lleva años tomando decisiones”. Recién luego de largos cabildeos con los abogados de las distintas partes, Griesa pareció desentrañar las consecuencias de haber prohibido los pagos a los tenedores de bonos reestructurados con quita. 
En el camino hacia ese descubrimiento mostró su desconocimiento sobre los hechos más elementales de la causa, como las distintas jurisdicciones y monedas de los bonos para cuyo pago la Argentina hizo el depósito en el agente fiduciario habitual y los problemas que su decisión les genera a los bancos involucrados, en Tokio, Buenos Aires, Nueva York, Londres, Luxemburgo y Bruselas. Griesa se sorprendió cuando le explicaron que los bonos bajo ley argentina cuyo pago había autorizado hacer al Citibank, integraban los canjes de 2005 y 2010, comprendían la cuarta parte del total, estaban emitidos en dólares y sus tenedores repartidos por todo el mundo. Cuando terminó de escuchar la explicación de un abogado dijo que “ahora me parece que si esos bonos son parte del canje, la prohibición de pago ordenada debería incluirlos junto con los otros bonos reestructurados”. Comenta el columnista de finanzas del New York Times Floyd Norris: “Como teatro no está mal, pero es difícil que inspire confianza en el sistema legal estadounidense”. Según el diario estos problemas fueron señalados en los distintos escritos y argumentos presentados tanto a Griesa como a la Cámara de Apelaciones pero no parecen haber sido tenidos en cuenta. 
“Es asombroso que esto se manifieste recién después de atravesar un recorrido legal tan extenso en la jurisdicción financiera más sofisticada de los Estados Unidos.” 
Parecería que allí consideran más incompetente al juez que a los representantes argentinos.
¿Un nuevo canje?
Griesa terminó admitiendo que deberá repensar todo de nuevo y según lo que resuelva, el Citibank podría verse “en la disyuntiva de desafiar al juez o desconocer la ley en la Argentina, lo que podría acarrearle consecuencias legales”, sigue el artículo del New York Times. Si en cambio Griesa confirmara la autorización de pago al Citibank, “la Argentina podría explorar una vía para ofrecer un nuevo canje, con bonos emitidos bajo la ley argentina para todos los inversores que aceptaran renunciar a sus bonos emitidos bajo la ley estadounidense. Es probable que el juez trataría de bloquear tal canje”. El artículo concluye describiendo los dilemas del Bank of New York Mellon. “Los fondos de cobertura quieren que el juez le ordene al banco la devolución del dinero a la Argentina. Pero el BONY, temeroso de juicios de los bonistas, quiere conservar el dinero hasta que todo se haya solucionado. A medida que se acerca el miércoles, el juez tiene mucho en que pensar. Habría sido mejor si lo hubiera hecho antes de firmar su resolución o si la Cámara de Apelaciones o la Corte Suprema lo hubieran forzado a hacerlo.” Es triste que para conocer esta evaluación objetiva de las disposiciones adoptadas por el gobierno argentino, sea necesario leer un diario de Nueva York.

Desconozco como terminará este tema, pero al informarme sobre las medidas del Gobierno en el mismo, me tranquiliza percibir que defienden nuestros intereses y no siento esa sensación tan desagradable que me invade, cuando escucho las declaraciones sobre el tema, de los posibles candidatos a suceder a nuestra Presidente en el 2015.





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