viernes, 30 de noviembre de 2012

Un Cuento Bloguero

Reproduzco un cuento publicado en el blog Best Seller que me pareció muy interesante.

2020
Fue en el año 2020 que la mayoría de la gente comenzó a “entender” realmente lo que es el dinero. En ese momento, muchos se preguntaron cómo no se habían dado cuenta antes.
La mayoría coincide en que el cambio comenzó con el colapso final de la zona euro en el 2018, un evento que se veía venir desde hace tiempo. 
La sorpresa fue que la ruptura con la Unión Europea  arrancó en Italia, y no en Grecia como todos esperaban. Resultó ser la sangre caliente italiana la que primero se hartó de un ajuste tras otro, situación que obviamente en algún momento se iba a tornar insostenible. 
Ante estas circunstancias, el 12 de septiembre de 2018 el presidente (del Partido Republicano Italiano) renunció a su cargo, y en su lugar asumió el Partido Democrático. Al día siguiente se anunció la ruptura con el euro y la restauración de la lira (el peso italiano), aumentos de salarios y de jubilaciones, al mismo tiempo que se volvía a fijar la edad de retiro en los 65 años.
Los pronósticos de una hiper-inflación que realizaron los economistas ortodoxos ante estas medidas, nunca ocurrieron. Por el contrario, la gente volvió a trabajar recogiendo los escombros que se habían acumulado durante meses, reconstruyendo los edificios quemados y reparando calles y edificios que no habían sido mantenidos en los últimos años.
Lo que desconcertó a todos, fue la decisión del ministro de economía sobre cómo realizar la transición del euro hacia la lira. ¿Para qué tomarse la molestia y el gasto de volver a imprimir liras? 
Hacía un tiempo ya que los teléfonos celulares tenían la capacidad de realizar transacciones financieras de manera electrónica. Entonces, lo que hizo el ministro fue eliminar todo el dinero material y lo reemplazó con dinero digital. Para esto se le dio a cada ciudadano la Tarjeta Lira Digital (TLD) que podía ser cargada con liras en cualquier cajero, y luego cuando uno hacía una compra éstas eran debitadas a través de un programa en los teléfonos celulares.
Al poco tiempo, los nuevos trabajadores contratados por el gobierno para reconstruir el país estaban cobrando sus sueldos en los cajeros con sus TLDs y luego comprando vino, pan, pizza, aceite de oliva y muchos otros productos más en los supermercados y negocios. 
Los restaurantes volvieron a abrir sus puertas, e incluso el Teatro dell’Opera (que había cancelado la temporada 2017 por la falta de venta de entradas) volvió a brindar grandes espectáculos. ¡Y todo esto se hacía solamente con una tarjeta!
Lo mejor de todo fue que en pocos meses el país se recuperó y la crisis ya era cuestión del pasado. Después de todo, Italia no estaba en bancarrota como decían; simplemente se había quedado sin euros.
Lo que realmente llamó la atención de todos fueron las TLDs. 
Había algo acerca de cómo utilizar el dinero electrónico que comenzó a cambiar la forma de concebir al dinero mismo. 
No era porque fuera algo novedoso (hacía décadas que la mayoría de las transacciones financieras se realizaban de esta forma), sino más bien el hecho de que ya no existiera ni un solo billete, que el dinero en efectivo hubiera desaparecido completamente de la faz de la tierra.
La lira ahora solo existía de manera digital, eran números en una pantalla. Ya no se podían tener billetes, ni contarlos para saber cuánta plata tenía uno, o guardarlos en una caja de seguridad. Tampoco se podían caer del bolsillo o ser robados. 
De a poco comenzó a desaparecer esa idea de que el dinero era un objeto material, y por lo tanto su asociación con una cantidad finita.
Aún más raro era que ahora todo el mundo comprendía de donde salían las liras digitales. Éstas eran creadas por el gobierno, con solo apretar un par de teclas en las computadoras del Banco Central. No había ningún costo en producirlas, ni nada por el estilo. Y no se agotaban.
Los bancos continuaron haciendo préstamos como antes, pero otra sorpresa apareció acá también: el programa utilizado en los teléfonos celulares para manejar las cuentas bancarias mostraba claramente que cuando se otorgaba un préstamo, el banco NO estaba incrementando la base monetaria (creencia que se sostuvo por cientos de años). 
Cuando un panadero pedía prestadas 100 liras para comprar harina, en el haber de su programa mágicamente aparecían 100 liras, pero al mismo tiempo en el debe se mostraban -100 por la deuda contraída con el banco. Así, el neto se mantenía sin cambios. Es decir, ¡el banco no había creado ninguna lira en absoluto! Esto reforzó la idea de que las únicas liras creadas eran las que el gobierno decidía a través de las computadoras en el Banco Central. No había otra forma.
Y mientras esta idea cobraba cada vez más fuerza, la gente también se percató de que la única forma que tenía el gobierno de introducir nuevas liras digitales en la economía era comprando bienes.
Y entonces el gobierno empezó a hacer eso. Para el asombro de todos, durante el 2019 el gobierno realizó licitaciones con empresas privadas por más de 60 billones de liras para reconstruir y reparar la infraestructura del país. Además se incrementó notablemente el gasto en educación pública: se crearon nuevas escuelas y universidades, se aumentaron los sueldos y la capacitación a los docentes y así la educación pasó a ser prioridad nacional.  Esto se tradujo en una rápida caída de la desocupación ya que eran muchas las obras que había que hacer: la tasa de desempleo,  que se ubicaba en torno al 40%, cayó a menos del 10% en 2020.
La caída del desempleo hizo que las discusiones de política económica pasaran a centrarse en la estructura impositiva. 
Lo más interesante fue que la introducción de la lira digital hizo que se dieran cuenta de que el fin principal de los impuestos no era recaudar dinero para financiar los gastos del gobierno. 
Había quedado perfectamente claro que el gobierno podía gastar todo lo que quisiera simplemente creando más dinero con las computadoras del Banco Central; para eso no era necesario primero tener que recaudar a través de los impuestos. 
Por el contrario, la razón principal por la que son precisos los impuestos es para retirar dinero de la economía, y así evitar presiones inflacionarias en el mercado. 
Si bien todavía no habían aparecido señales de aumentos en los precios, parecía inevitable que esto sucediera en el corto-mediano plazo dado que la economía avanzaba velozmente hacia el pleno empleo.
Así, el gobierno se dio cuenta del efecto que tenía la aplicación de impuestos: retirar liras de la economía que previamente el mismo gobierno había creado, y así controlar la cantidad total de dinero para que no se desataran presiones alcistas sobre los precios.
El siguiente punto de discusión fue acerca de la otra función que tiene la aplicación de impuestos y el gasto público: la redistribución de la riqueza y los ingresos. 
De este modo, se sostuvo la idea de que se debía seguir utilizando este recurso como herramienta de redistribución (a través del seguro de desempleo, impuesto a las ganancias, gasto social, etc.) pero se dieron cuenta de que como ya no era un objetivo el tener que recaudar para poder gastar, se eliminaron los impuestos que afectaban a toda la población de forma regresiva, como el IVA por ejemplo.
Hubo, sin embargo, un grupo de personas en particular que no estaba contenta con todo esto: los corruptos. 
Como ahora todo el dinero era digital, al poco tiempo se creó un programa que podía rastrear cada lira que había creado el gobierno y ubicarla en todo momento, sabiendo quién la tenía. 
De este modo, resultaba extremadamente difícil lavar dinero, no declarar los ingresos o quedarse con una tajada de una licitación pública, por ejemplo. Rápidamente estas actividades delictivas se redujeron de forma drástica.
El resto del mundo estaba observando lo que sucedía en Italia, y con mucho interés por supuesto. 
Los economistas ortodoxos estaban teniendo serios problemas para explicar la “Primavera Italiana”: no podían entender cómo es que el supuesto déficit fiscal que se estaba acumulando en las finanzas públicas de este país en realidad no era una deuda que tenía que ser pagada en el futuro.

Sin embargo su confusión comenzó a disiparse cuando el sector financiero (esos mercenarios que hicieron que la Unión Europea se rindiera a sus pies durante todos esos años que duró la crisis de deuda, haciendo subir las tasas de financiamiento de los países deudores y al mismo tiempo negándose a la más mínima quita de intereses), viendo el impresionante crecimiento que había logrado Italia en tan poco tiempo, quiso volver a comprar bonos públicos de este país. 
Entonces el ministro de economía dijo: “¿Bonos? No tenemos más bonos para vender. ¿Para que querríamos vender bonos? Ya no necesitamos financiarnos a través de préstamos” A lo que los mercenarios respondieron: “¡Pero nosotros queremos comprarles bonos! 
Necesitamos un lugar donde colocar las cantidades monstruosas de dinero que tenemos y que nos den intereses. ¡Necesitamos que ustedes emitan bonos así nosotros se los compramos!”. 
Y el ministro replicó: “Si ustedes quieren invertir su dinero en Italia, pueden poner una fábrica, traer una nueva tecnología que convierta la luz solar en energía eléctrica o financiar un nuevo teatro…pero no vengan con la idea de comprar bonos. 
Ya no estamos más en el negocio de guardarles la plata con la que no saben qué hacer y encima pagarles un interés por ello”.
Corría el año 2020, y el mundo entero recién entonces comenzaba a entender cómo funcionaba el dinero.

martes, 20 de noviembre de 2012

Mas sobre la distribución de la riqueza


Seguimos con Zloto en el Cronista:

La riqueza oculta de las familias top

16-11-12 00:00


Marcelo Zlotogwiazda Periodista

Sería fantástico que un gobierno pudiera movilizar aunque sea parte de los casi u$s 200.000 millones que, según las últimas cifras oficiales, los argentinos han sacado del sistema y ocultan en algún lugar. 
Con la mitad de ese capital, por ejemplo, se podría reforzar en un 20% la inversión total del país a lo largo de un lustro, agregando 20.000 millones por año. 
O una quinta parte del dinero fugado alcanzaría a financiar los u$s 37.000 millones que requiere y que tanto le está costando juntar a Miguel Galuccio para el plan de inversión para YPF hasta el 2017.
Para peor, la pérdida de crecimiento y de bienestar general que se escurre por ese agujero negro es mucho más grande, por la sencilla razón de que la riqueza oculta es considerablemente mayor. 
James Henry, un ex Mckinsey que ahora forma parte de la red Tax Justice Network (TJN) publicó hace muy poco una investigación titulada “The Price of Offshore Revisited”, que recalcula la riqueza oculta en más de cien países del mundo y ubica la astronómica cifra entre u$s 21 y 32 billones, de los cuales 399.100 millones corresponden a la Argentina, es decir el doble de lo que se creía. 
Si sirve como consuelo, Brasil tiene afuera del sistema 520.000 millones, México 417.500 millones, y Venezuela 406.000 millones. Henry aclara que su trabajo considera nada más que el capital financiero, es decir excluye la propiedad inmueble, los yates, aviones, obras de arte, joyas, etc. Una porción considerable de esos fondos (10% del total de la riqueza mundial que surge del último informe anual de Credit Suisse) está escondido en paraísos fiscales.
El hallazgo de Henry inspiró un trabajo inmediato que elaboraron otros tres economistas de TJN: Nicholas Shaxson, John Christensen y Nick Mathiason. Titulado “Inequality: you don’t know the half of it (or why inequality is worse tan we thought)” (Desigualdad: usted sólo conoce la mitad de ella -o por qué la desigualdad es peor de lo que pensamos-) señala en las conclusiones la deducción obvia: si el grueso de la riqueza la ocultan los más ricos “la desigualdad económica es significativamente peor de lo que muestra cualquier medición que no considere ese elemento; y esa es una verdad válida probablemente para cualquier país y para el mundo en su conjunto”.
El paper tiene algunos datos espeluznantes. Indica que mientras la mitad de la población mundial más pobre posee sólo el 1% de la riqueza total, el 10% top goza del 84%; y que en Estados Unidos la familia Walton (dueña de Walmart) tiene un patrimonio equivalente al 30% de la población más pobre.
El trabajo incluye un capítulo sobre la Argentina, donde se demuestra cómo la subdeclaración de los individuos de más altos ingresos disimula los niveles de desigualdad. 
Cita un estudio de Facundo Alvaredo que encontró que mientras de las declaraciones impositivas surge que 698 personas tuvieron un ingreso anual superior a u$s 1 millón y 26 contribuyentes por encima de 5 millones, en la encuesta que mide la distribución del ingreso las 160 personas que más ganan declararon entre u$s 500.000 y 1 millón. 
En ese capítulo se hace mención a el estudio “Impacto del Presupuesto sobre la equidad” de los economistas Jorge Gaggero y Darío Rossignolo, del Centro de Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefidar), que recalcularon el índice Gini tomando en cuenta el ocultamiento de los ingresos off shore, lo que elevó el índice (varía entre 0 y 1, extremos en que hay igualdad entre todos o uno sólo se lleva todo) de 0,46 a 048.
Consultado para esta columna, Gaggero aclaró: “Ese cálculo se realizó sobre la base de que la riqueza off shore de residentes en Argentina es de u$s 173.000 millones, según los datos oficiales correspondientes a 2010, que se supone muy inferior a la real. 
Una hipótesis más certera acerca del nivel real de esa riqueza apoyada en el cálculo del componente financiero realizado por Henry del TJN de casi 400.000 millones, podría oscilar en un total de 500.000 millones. 
Si ese nivel de riqueza oculta de los argentinos más afortunados fuese confirmado por estudios más amplios que deberían realizarse para completar los hallazgos de TJN, no sería extraño que el coeficiente de Gini se elevase por encima del 0,52”. Gaggero adelantó que los expertos de TJN y el equipo que coordina en Cefidar acordaron realizar el año próximo un estudio conjunto para profundizar el tema tomando a la Argentina como caso piloto.
Lo anterior obliga a corregir la columna de hace dos semanas sobre las mil familias top. Informaba que “Rocca, Pérez Companc, Bulgheroni, Eurnekian, Brito, Bagó, Werthein, Herrera de Noble, Elsztain, Costantini, De Narváez, Pescarmona, Eskenazi, Macri, Coto, Blaquier, Grobocopatel, López, Roemmers, Supervielle, Braun, Belocopitt, Sutton, Madanes, Sigman, Vila, Navajas Artaza, y otras 973 familias poseen el 2,49% del ingreso nacional. Equivalente a unos u$s 12.500 millones, con lo cual esas familias ganan por año un promedio de u$s 12,5 millones”.
Los datos surgían de una monumental base de datos denominada The World Top Incomes Database, elaborada con la información de las declaraciones impositivas por cuatro expertos en distribución del ingreso, los franceses Thomas Piketty y Emmanuel Saez, el inglés Tony Atkinson y el argentino citado arriba Facundo Alvaredo. Le preguntaron a Piketty si los hallazgos de James Henry sobre la riqueza oculta de las familias top significaba que sus cálculos sobre la porción del ingreso que reciben estaban subestimados, y respondió “sí, definitivamente”.
Es decir que el 0,01% que constituyen las mil familias top se lleva más del 2,49% del ingreso, y en promedio más de u$s 12,5 millones por año. En esa lista seguro está el alguna vez prófugo Raúl Juan Pedro Moneta. A Cristina no le alcanza.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Acerca de la distribución del ingreso

Googleando diarios encontré un interesante artículo de Marcelo Zlotogwiazda publicado en el Cronista.com, donde nos cuenta como ha sido, en líneas generales, la distribución del ingreso en la Argentina desde 1930 hasta ahora.  Las negritas son nuestras.


Las mil familias top

02-11-12 00:00

 Marcelo Zlotogwiazda Periodista


Rocca, Pérez Companc, Bulgheroni, Eurnekian, Brito, Bagó, Werthein, Herrera de Noble, Elsztain, Costantini, De Narvaez, Pescarmona, Eskenazi, Macri, Coto, Blaquier, Grobocopatel, López, Roemmers, Supervielle, Braun, Belocopitt, Sutton, Madanes, Sigman, Vila, Navajas Artaza, y 973 familias más hasta completar las mil con mayores ingresos, poseen el 2,49 % del ingreso nacional.
Eso equivale a unos u$s 12.500 millones, con lo cual esas familias ganan por año un promedio de u$s 12,5 millones.
Los datos surgen de una monumental base de datos denominada The World Top Incomes Database, un proyecto de cuatro economistas expertos en la temática de la distribución del ingreso.

El impulso inicial fueron los trabajos del francés Tomas Piketty, al que se sumaron su compatriota Emmanuel Saez, el inglés Tony Atkinson, y Facundo Alvaredo, un joven argentino que es investigador del Conicet, fue profesor en varias universidades locales y del extranjero, y actualmente trabaja en la Paris School of Economics, donde obtuvo su PhD.

El proyecto está auspiciado por esa universidad parisina, por el Institute for New Economic Thinking, el Center for Equitable Growth y el Economic and Social Research Council. 

La base de datos se construye a partir de las declaraciones impositivas. El trabajo está en plena elaboración y ya cuenta con largas series estadísticas de distribución del ingreso (algunos casos se remontan más de cien años) para 26 países, entre los que figura la Argentina con información desde el año 1932 hasta el 2004. 

Curiosamente, la porción de la torta que actualmente (nada indica que haya habido cambios sustanciales desde 2004) se lleva el 0,01% de las familias argentinas top (aproximadamente mil) es del mismo tamaño -2,49%- que la que le correspondía al 0,01 con mayores ingresos en 1932. 

Pero el recorrido por la serie muestra las grandes transferencias de ingresos que ha habido a lo largo de la historia.
En 1943 el 0,01 top había aumentado su participación al 4,16%, pero durante el peronismo el porcentaje fue descendiendo hasta 1,71 en 1954. Siguió cayendo, y en 1972 era 0,55%.
Con la dictadura y la Convertibilidad volvió a aumentar hasta 1,39% en 1997, y continuó en ascenso hasta el ya citado 2,49%. 
Oscilaciones muy similares aparecen si en lugar de tomar la serie para el 0,01 de las familias top, se observa lo que sucedió para el 1% de mayores ingresos.
En 1932 se quedaban con el 18.77%; en 1943 con el 25,96; en 1954 con el 16,54; en 1972 con el 9,44; en 1997 con el 12,39; y ahora con el 16,75%.

Es decir que las 100.000 familias de la punta superior de la pirámide obtienen unos u$s 85.000 millones, lo que equivale a un ingreso anual promedio de U$S850.000 para cada una. 

La base de datos permite comparar.
Mientras que el 0,01 por ciento de las familias top de la Argentina se queda con el 2,49% del ingreso, en Suecia se lleva el 0,85 y en España el 0,90.
En Estados Unidos, en cambio, con un Estado menos presente y una estructura tributaria más regresiva que la europea, el porcentaje de ese grupo superprivilegiado es mayor que aquí: 3,30%.
Cabe acotar que antes de irrupción del ultraliberalismo de Reagan, el porcentaje era un sexto del actual. 
Más allá de ese brusco aumento en EEUU, de la comparación surge la enorme volatilidad argentina. En ninguno de los otros 25 países que ya figuran en la base se advierten transferencias tan grandes como aquí a lo largo de toda la serie. 
La concentración del ingreso (o su contrapartida en desigualdad) también es aberrante en la Argentina cotejando lo que sucede con el 1%.
Mientras que el 1% de las familias top de aquí se queda con el 16,75%, en Noruega con el 7,94; en Suecia con el 6,91; en España con el 8,48; y, otra vez, en Estados Unidos el porcentaje es mayor (17,42).

Al final de la columna de hace dos semanas se adelantaba que en ésta habría detalles sobre académicos que afirman que la alícuota marginal óptima para el impuesto a las ganancias es superior al 80%, algo que no está demasiado lejos de la intención del presidente Francois Hollande de imponer una tasa marginal del 75% a los que ganan más de un millón de euros.
Precisamente Thomas Piketty y Emmanuel Saez, dos de creadores de la World Top Income Database, escribieron un paper “http://www.vo xeu.org/article/taxing-1-why-top-tax-rate-could-be-over-80” titulado “Gravando al 1 %: por qué la tasa máxima podría ser superior al 80%”, donde argumentan que eso afectaría sólo a los alcanzados por el impuesto sin consecuencias negativas para el resto de la economía.

Entre otras cosas señalan: “Si la concentración del ingreso es alta, los que ganan más disponen de más recursos para influir en las creencias sociales (a través de think tanks y medios de comunicación), y por ende se crea una causalidad inversa entre desigualdad de ingresos, percepciones y políticas”. 

No obstante ni las mil familias top ni el 1% de arriba tienen por qué asustarse, el kirchnerismo está lejos, incluso en su relato, de semejante irreverencia.


domingo, 4 de noviembre de 2012

ClarinLeaks II

Hoy vamos por el segundo capítulo dedicado a Clarín en el libro de Santiago O'Donnell, ArgenLeaks, editado por Editorial Sudamericana y que traduce, analiza y sintetiza un total aproximado de 2500 cables enviados por la embajada de EEUU, entre 2003 y 2010, relacionados con personas ligadas a la actividad política en nuestro país.

Cuando uno lee este capítulo percibe la diferencia de miradas sobre la realidad, entre un empresario muy poderoso y un/una líder popular con una clara voluntad de cambio.
Ya lo anticipaba Feinman en su libro "El Flaco", cuando sugería que "la única verdad es la voluntad":

"Pero el vamos por todo de Néstor era más que eso. Era su fuerza interior, una certeza profunda acerca de la realidad y sus resistencias: todas podían ser vencidas, derrotadas. No hay caída de la que uno no se levante. De toda derrota se sale. Estaba animado por la pasión de la voluntad. La voluntad era un ariete contra el muro de lo imposible. No creía, como Perón, que la única verdad es la realidad. (Aunque, si le venía bien, podía decirla. De hecho me la dirá en la carta que habrá de enviarme en junio de 2006, al analizar nuestras diferencias irresolubles?) Creía que toda realidad puede ser creada, si la creamos nosotros como fruto de nuestro triunfo. Y que toda realidad, si es adversa, puede ser vencida, porque nuestra pasión, nuestra voluntad de vencerla es más fuerte que ella. Al fin y al cabo, ¿qué es la realidad? Algo ya constituido, ya hecho, un bloque en sí, que remite a sí, cuya fuerza es no cambiar, es ser lo que es para siempre, la realidad es un cascote en el camino invencible de la voluntad. (...)"

Clarin II
Dos meses después del voto no positivo de Cobos, el Grupo Clarín le transmitió a la embajada estadounidense que tenía la batalla contra el gobierno prácticamente ganada.
Jose Aranda vice presidente del grupo, fue el encargado de transmitir el mensaje.  Lo hizo con estos términos: muchos gobiernos han intentado debilitar al grupo Clarín pero ninguno lo ha conseguido.   La Ley de Medios no puede salir.   El gobierno ni siquiera se va a animar a presentarla, al menos no por ahora.
Se lo dijo al encargado de negocios de la embajada de los EEUU en septiembre de 2008, un año antes de que se aprobara la Ley de Medios Audiovisuales, que fue aprobada con sólidas mayorías en las 2 cámaras y promulgada en octubre de 2009.

Trece meses antes, Aranda había sido tan convincente en su explicación de por qué el gobierno iba a cajonear la ley que el autor del cable subtituló la sección dedicada al tema como "La Ley de Medios. El susto ya pasó.".   Allí dice lo siguiente:

Aranda dijo que, en gran parte debido a la posición debilitada del gobierno de la Argentina tras la crisis del campo y las prioridades mucho mas importantes que enfrenta en los   próximos meses, tenía la fuerte impresión de que no habría un intento serio del gobierno de 
la Argentina de impulsar la ley, al menos este año.........Dijo que la nueva ley "no era posible" a causa de la debilidad del gobierno de la Argentina en el Congreso pata tener un "debate serio" de la ley en este momento.  (El presidente de Clarín Hector Magnetto, caracterizó recientemente este punto al embajador refiriendo que "no pueden moverla porque el Congreso no la va a aprobar".)

A continuación, según el cable, el número dos del grupo se burló de los esfuerzos del titular del ente regulador de radiodifusión, Gabriel Mariotto, para promover la ley en el interior del país.

Bromeó que aunque el jefe del COMFER, Gabriel Mariotto, todavía recorre el país, aparentemente juntando apoyo para la nueva ley, lo hace en "provincias lejanas" como Tierra del Fuego y otras más, y el gobierno de la Argentina probablemente sabe que no hay chances este año de acción alguna en este proyecto de ley.

El cable presenta a Aranda como uno de los responsables junto con Hector Magnetto, de transformar al Grupo Clarín en un conglomerado multimedia.

Jose Aranda, un importante accionista del grupo trabajó hombro a hombro con el presidente de Clarín, Hector Magnetto, para transformar un diario popular como Clarin en el extendido conglomerado multimedia que es hoy.   Aranda, contador de profesión, posee una visión de negocios y societaria que trasciende a los gobiernos que han ido y venido en la Argentina.   Provee un rico análisis de la política y los negocios aquí.

En cuanto al Grupo Clarín, el cable lo presenta así:

El grupo Clarín es el mas grande y prominente conglomerado de medios de la Argentina y el líder del mercado en la mayoría de los segmentos de medios en los que opera.   A traves de las compañias que controla, el Grupo Clarín es el dueño del diario de mayor circulación en idioma español en el mundo, las cadenas de televisión de aire y cable de mayor rating en la Argentina, distribuidoras de televisión por cable, la sefgunda estación de radio en términos de audiencia en sus programas de primera mañana, Internet, impresión, publicación, producción televisiva y programación.

Con semejante poder de fuego, el grupo había podido resistir los embates de los distintos gobiernos, se ufanó el ejecutivo de Clarín.
Tan fuerte es el Grupo Clarín que se puede dar el lujo de rechazar publicidad oficial, arriesgó Aranda.

Destacó la sólida cantidad y calidad de su negocio, y señaló que "no dependemos del Estado", a diferencia de muchos diarios "menos rentables", que son "cooptados" por el Estado.   "Podemos rechazar publicidad oficial aun cuando a veces podría ser necesaria", específicamente para evitar "dependencia" en otros determinados momentos.

Para reafirmar la solidez del Grupo de cara al futuro, Aranda le explicó al diplomático estadounidense la estrategia online de Clarin.

Aranda dijo que un tercio de los ingresos del diario Clarin venia de los avisos clasificados, un tercio de la venta de los diarios y un tercio de los avisos convencionales.
Dijo que la Argentina era "lenta" en términos de facturar por avisos y noticias en Internet, pero que se trataba de un mercado importante y creciente.
En ese sentido, compartió la estrategia de Clarín para los avisos inmobiliarios por Internet y dijo que Clarín había comprado los dos portales de bienes raíces mas prominentes para capturar es mercado, según él, el mas importante en la transición a la Internet que esta ocurriendo.    Dijo que Clarín, a través de sus sitios, controla también varios sitios en las cuatro áreas principales de negocios para consumidores de Internet: bienes raíces, automóviles, avisos personales y lo que llamó "oportunidades", o sea otras ventas, canjes, etc.    Preguntado si el gobierno de la Argentina intervenía en este negocio, Aranda dijo que el gobierno no había mostrado todavía interés o capacidad para hacerlo.    Dijo que el gobierno anterior había fracasado en su intento por hacer exitoso a un portal de educación por Internet conocido como educ.ar.

En el cable, Aranda explica la posición dominante de Clarín en los distintos medios de comunicación, a los que describe como mercados con muy pocos jugadores que puedan sobrevivir sin déficit o ayuda estatal.
Según el cable, en su exposición Aranda se limitó a los mercados gráficos, televisivo y radial, dejando de lado otros segmentos del mercado comunicacional en los que el grupo participa también activamente.

Aranda habló de la influencia de la publicidad oficial para controlar contenidos, por ejemplo, en el diario izquierdista de baja circulación Página 12 y la fuente de información online InfoBae.   Aranda también sostuvo que el magnate de los medios Sergio Spolsky había hablado abiertamente de estar financiado casi por completo por recursos del gobierno para varios de sus productos, que incluyen los semanarios Veintitres y Siete Días, dos diarios en La Plata, BAEconómico y, mas recientemente el Buenos Aires Herald.

Con respecto a la televisión, sin entrar en detalles, Aranda dijo que Canal Nueve y América pierden plata.

Aranda explicó que hay quizá sólo 3 estaciones de televisión de aire que dan ganancia en la Argentina, citando a canal 13 (Clarín), canal 11 (propiedad de Telefónica, basada en España) y canal 7 (estatal) sobre cinco en Buenos Aires.   Los demás pierden plata.   Explicó que el 89% de la torta del mercado (de publicidad) va a los canales 13 y 11, con un 45% sólo para el canal de Clarín.

En su comentario final, compartiendo el optimismo de Aranda, el cable dice que por el momento el gobierno se dio por vencido en la pulseada por la Ley de Medios.

Aranda es una de las mas poderosas y conocedoras figuras de los medios de la Argentina, con contactos en todo el país y la región.   Sus observaciones sobre política, negocios y sobre cómo se ejerce el poder son reveladoras, así como su mirada sobre lo fuerte que puede jugar este gobierno - y los anteriores -  en sus intentos por controlar a los medios.   Sus observaciones también señalan cuán debilitado quedó el gobierno de la Argentina tras la huelga de los agro, dado que es probable que se haya dado por vencido en su intento de hacer aprobar una Ley de Medios - alguna vez prioridad estratégica del gobierno de la Argentina - por lo menos hasta marzo de 2009.

Si el gobierno estadounidense basa su política exterior en estos análisis, se entiende por qué a veces se equivoca tan feo.