miércoles, 27 de julio de 2011

Es posible el default global?

Transcribo interesante artículo publicado en Tiempo Argentino.

El camino hacia el default global

Publicado el 25 de Julio de 2011



La marcha de la crisis inaugurada en 2007 prosigue su ruta europea, ya que los efectos dominó de su desenvolvimiento –la situación griega ilustra la de España, Irlanda y Portugal– está en la naturaleza de las cosas. Claro que la crisis global tiene un motor muchísimo más poderoso: el default estadounidense.
 
Pese a la “alegría” del primer ministro griego por la reestructuración de una deuda pública de 109 mil millones de euros, muy pocos creen que ese parche contable evite lo peor. El riesgo de un nuevo cimbronazo financiero, a caballo de la resistencia política que generarían los nuevos recortes del gasto público, forma parte del problema sin resolver; pero sobre todo, los efectos recesivos del programa de ajuste impuesto en Bruselas no se le escapan a nadie. Lo que en términos contables integra el abstracto ítem de gastos, en términos reales forma parte del ingreso popular bajo la forma de salarios y servicios. La reducción salarial del sector público, no va de la mano de la ampliación de la demanda solvente. Salvo, claro está, que la dinámica del sector privado sea tal que compense holgadamente esa caída. No es actualmente el caso.  De modo que el necesario crecimiento económico requerido para afrontar el pago con ingresos genuinos brilla por su ausencia. Por tanto, una incómoda pregunta congela la crispada alegría de Georgios Papandreu: ¿por qué Grecia pagará ahora lo que no pudo pagar durante los últimos 12 meses? 
En rigor de verdad, el garante de la reestructuración –en última instancia– no es otro que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, es su sigla en inglés). De sus fondos saldrán los dinerillos que finalmente cobrarán los bancos, pero se trata de saber qué harán las autoridades de la Unión Europea para recuperarlos. 
Ahora vamos entendiendo. Para que Grecia termine pagando los títulos impagos hicieron lo siguiente: redujeron en un 20% su valor nominal. Lo hicieron emitiendo un nuevo título.  Es decir, los papeles griegos en poder de los bancos fueron remplazados por otros de menor valor nominal –o sea, con pérdida para sus tenedores– que ahora están garantizados por el EFSF. 
Sin embargo, ¿cómo podrían cobrar los bancos esta deuda ahora reducida? Debieran ser las autoridades de la UE las que tendrían que terminar de imponer las costosas medidas económicas, que tanto resiste la sociedad griega, y que asegurarían el repago pactado. Dicho sin subterfugios: lo que está debajo de la garantía que otorgó la Unión Europea son de hecho los activos públicos griegos: empresas del Estado, riqueza pública.
Entonces, o la economía griega aprovecha el “alivio financiero” (estoy ironizando) y genera suficiente excedente para el repago, o los activos públicos dejarán de ser una garantía teórica para volverse activos a realizar. 
Esa película ya la vimos, dirá un accidentado ciudadano argentino y no exagerará: la garantía de los activos públicos termina en la privatización de las empresas “ineficientes”. Y los títulos en default acabarán siendo su moneda de pago final. 
Esa es la perspectiva que los banqueros no discuten en público, y que los expertos consideran en privado, es la verdadera trastienda de toda la negociación. 
De modo que la marcha de la crisis inaugurada en 2007 prosigue su ruta europea, ya que los efectos dominó de su desenvolvimiento –la situación griega  ilustra la de España, Irlanda, Portugal– está en la naturaleza de las cosas. Claro que la crisis global tiene un motor muchísimo más poderoso: el default norteamericano.

DOS ECUACIONES, UN RESULTADO. Las trabajosas tratativas entre demócratas y republicanos en el Congreso de los Estados Unidos volvieron a fracasar. La posibilidad de un programa de recortes compartidos del gasto público se esfumó. Y como es atribución constitucional del Congreso –también lo es teóricamente en la Argentina– modificar el tope de la deuda pública, y como los republicanos detentan la mayoría parlamentaria, si no se modifica ese tope, si no se consensua antes del próximo 2 de agosto,  la capacidad de pago del gobierno estadounidense habrá llegado a su fin. 
Los que vieron por televisión la preocupada expresión de Barack Obama en la seguidilla de conferencias de prensa, ya saben que el presidente no sabe qué pensar. Es que Obama leyó mal el significado político que su victoria supuso para el caucus conservador de la sociedad de los EE UU. Cuando la marea humana que generó su victoria lo acompañó por las calles del Capitolio, el caudal político del presidente alcanzó su clímax. En ese punto podía casi todo, pero como no hizo casi nada de lo que la sociedad esperaba –proteger el empleo, estimular la economía real, impedir que la desigualdad social siguiera creciendo– ese capital se terminó malversando; y si su popularidad se recompuso hace unos pocos meses, no lo hizo sobre la mejor base: el vuelco estuvo determinado por el inexplicable asesinato de Osama bin Laden, situación que motivó increíbles festejos públicos de un acto manifiestamente ilegal, donde el tono patriotero organizó el nuevo sentido político. 
De modo que en lugar del camino diferencial para responder a la crisis, Obama terminó recorriendo el trillado camino conservador, sin alegría. Fue por eso que la recuperación de la actividad económica, que apenas despuntó en el horizonte, no motorizó ningún cambio. Desde el momento en que la economía dejó de avanzar a buen paso, el peso del gasto público recobró su dinámica recesiva. Obama propuso recortes que nunca satisficieron la voracidad republicana. El motivo es simple, los republicanos intentan algo que no pensaron que podría suceder: responsabilizar al presidente de la marcha de la crisis.   
Todos sabían que George W. Bush era el responsable absoluto del desaguisado estadounidense. Por tanto, Obama disponía de todo el crédito si paraba la crisis de 2007. Como eso no sucedió, como la continuidad entre ambas políticas se subrayó hasta puntos casi increíbles, los republicanos, tonificados por la victoria electoral de medio tiempo, van por todo. Para impedir el segundo turno demócrata, no vacilan en llevar el país al borde del precipicio y más allá. Si bien la fluidez de la política norteamericana es muy grande, el destino del presidente pareciera estar atado a la voluntad republicana. Me inclino a pensar que la jefatura conservadora se propone poner de rodillas a Obama, obligándolo a aceptar una propuesta intragable. Esto es, una reducción de las partidas que afectan sobre todo a los sectores de menores ingresos –salud pública, servicios sociales– sin contrapartida alguna para los sectores más ricos. En suma, una vuelta de tuerca, donde la distancia entre pobres y ricos –la más aguda en la historia de los EE UU– no sólo no se reduciría sino que volvería a pegar un salto inaudito. 
Si el presidente no aceptara este ultimátum, que exhibe la voluntad de la rendición incondicional, el default de los títulos estadounidenses no tendría vuelta atrás, y sus consecuencias modificarían la escena internacional hasta volverla sencillamente irreconocible. 
El dólar es la moneda de reserva del mercado mundial, todos los activos están referenciados en dólares. El país que administra ese recurso insustituible –al menos en el corto plazo– no puede volver incobrables los títulos garantizados por la Reserva Federal sin afectar el dólar. Y si eso terminara sucediendo, todo el sistema de paridades monetarias se terminaría yendo al diablo. Lo que equivale a sostener la posibilidad de la ruptura del mercado mundial, con una brutal reducción de flujos en materia de comercio internacional. Eso no estaba en el libreto de nadie, y nadie puede saber qué terminaría significando su inclusión en la agenda política de la sociedad global.

martes, 26 de julio de 2011

Algo sobre Santa Fe

Leyendo en el blog de Abel un post sobre el resultado electoral en Santa Fe, 
me llamó mucho la atención una parte de un comentario de Horca:


"Lo que sí me preocupa es el tema de la interna peronista. 


Se suponía que la política peronista santafesina había cumplido con las altas exigencias históricas: primero, la voluntad de no perder el espacio del PJ, segundo, tragarse diferencias inmensas (Reutemann, Perotti, Rossi, Bielsa), tercero, ir a una interna donde se diriman las diferencias, de acuerdo a la tradición provincial. 


Todo eso se cumplió, pero es evidente que un porcentaje monstruoso de votantes de la interna peronista eligieron cualquier otra cosa cuando se enfrentaron a la… “obligación” de acompañar al candidato elevado por los comicios internos. 


El problema es simple: acá no hubo dedismo, autoritarismo cristinista, acá hubo interna. Y los electores no colaboraron para nada con la unidad del PJ provincial. 


Ahora bien, los peronistas nos estamos encontrando frente a un fenómeno bastante repugnante: nos estamos cagando en nuestras propias internas."


Muy duro, pero irrefutable cuando se analizan los resultados de la interna y de las elecciones provinciales.


El sistema democrático tiene sentido en la medida en que los actores respetan las reglas, y una regla básica es respetar el resultado de una elección aunque no te guste el resultado, pareciera que los muchachos del PJ santafesino están en otra.

miércoles, 13 de julio de 2011

Algunas razones de la derrota

Desde el domingo hemos escuchado muy diversas opiniones acerca de la holgada derrota del FPV en la 1ra. vuelta en la Ciudad de Buenos Aires.
Entre otras, el desgaste producido por el asunto Schoklender-Madres de Plaza de Mayo, ídem con el INADI- Morgado-Rachid, el blindaje mediático de Macri que hace que la mayoría de los medios no publique noticias desagradables de su Gobierno, el exabrupto de Fito Paez, etc. etc.

Me parece que estas explicaciones eluden el tema central, y es que la propuesta política ha sido errónea, se ha insistido con una propuesta "progresista", en un distrito donde según dice Artemio Lopez - criterio que comparto - dicha propuesta se agotó con Anibal Ibarra, aquí el Anarco detalla un poco mas.

Se insiste con un discurso ideologizado que sólo interpela a minorías selectas, sin prestar atención o sin tener claro, cuales son las cuestiones que interesan al ciudadano medio que es amplia mayoría.

Cuando uno mira 6, 7, 8, Duro de Domar o TVR, programas que divulgan y configuran "el ideario oficialista",  los temas centrales siguen siendo la política de derechos humanos, la identidad de los hijos de Noble Herrera, el matrimonio igualitario, la Ley de Medios, todos temas muy importantes en el rumbo estratégico y en la batalla del Gobierno con el grupo Clarin, peeero, creo que son temas que interesan poco al ciudadano medio y que no define su voto con ellos.

Creo que también hay una diferencia importante entre no reprimir la protesta social, y permitir que 50 personas corten el tránsito de una avenida o autopista en hora pico, por ejemplo, cosa que sucede con bastante frecuencia en la Ciudad.

En el mismo sentido operó la toma del Parque Indoamericano y el Club Albariño, dejando la imágen de un gobierno central permisivo, y que aquel que pasa a la "accion directa" siempre obtiene algo a cambio, a diferencia de aquel que trabaja esforzadamente para cubrir sus necesidades dentro del sistema.
El costo no lo paga Macri porque ha tenido una buena política comunicacional y ya se sabe que es lo que el piensa respecto de los pobres, su respuesta es la UCEP.

Es cierto que la "deuda social" es inmensa, que hay muchas personas fuera del sistema que sobreviven como pueden, pero también es cierto que saldar dicha deuda llevará muchos años de esfuerzo de todos con políticas correctas, y que mientras tanto todos tenemos la esperanza de vivir en una sociedad medianamente ordenada.

Quizá por alguna de estas razones, es que a los habitantes de la Ciudad les llegó un mensaje con los globos de colores, el "vos sos bienvenido" y el "venimos bien", yo desconozco cual es ese mensaje, pero lo que no podemos hacer es negar la realidad.

lunes, 4 de julio de 2011

La Propuesta de Daniel Filmus

Transcribimos el reportaje realizado por Noticias Urbanas a Daniel Filmus, en el que expone sus ideas para gobernar la Ciudad. (las letras en negrita son nuestras).

DANIEL FILMUS, CANDIDATO A JEFE DE GOBIERNO 
“Macri miente al decir que no lo atendemos”

“Su falta de trabajo con el Gobierno nacional es una estrategia para echarle la culpa de sus propios errores”, dice, entre otras críticas. Los planes para la Ciudad.

Por Enrique Colombano y Patricio Tesei 



Reunión partidaria con los equipos de trabajo. En la sede del PJ porteño lo esperan sus candidatos para pelear por las comunas: 50 personas que necesitan directivas y arengas. Daniel Filmus llega agitado. Transpira, pero no pierde la prolijidad, a diferencia de su compañero de fórmula Carlos Tomada, más informal y sanguíneo. Este punto lo emparenta, paradójicamente, con su rival Mauricio Macri, aunque el ingeniero y ex presidente de Boca Juniors haya tuneado su imagen en base a horas de media training dedicadas a (tratar de) lucir descontracturado cuando la ocasión lo requiera.

Pasan algunos días. Filmus recibe a Noticias Urbanas en su despacho en el Senado de la Nación, rodeado de instantáneas que decoran el ambiente: fotos con la familia, con la remera de San Lorenzo, con el ex presidente Néstor Kirchner, con Cristina Fernández de Kirchner. Sobre su escritorio, algunos diarios: Tiempo Argentino, Página/12, Clarín. Son los últimos tramos de una campaña porteña que quiere despertar de los narcóticos que le inyectaron los escándalos de Schoklender y del Inadi, el descenso de River y hasta las cenizas del sur, todo lo que ocupó el espacio de los grandes medios. “Si vos mirás Clarín hoy [repasa una a una las páginas del diario], a dos semanas de las elecciones porteñas no hay ni una nota de la Ciudad. Tratan de esconderla. Y si no pueden, le ponen una protección enorme a Macri respecto de los problemas que tiene en su distrito”, dispara el candidato a jefe de Gobierno por el kirchnerismo.

–¿Y cómo cree que le afecta a usted el caso Schoklender?–En cuanto al caso en sí, nos hemos planteado una y otra vez desligar de la política de derechos humanos el tema del posible mal uso de los fondos. Y en cuanto a nuestra campaña, creo que la afectó desde la perspectiva de que los grandes medios lo colocaron en el lugar central para, como decía, impedir que cobre notoriedad el debate electoral. Durante dos semanas tuvimos todos los días una tapa sobre el tema. Y nosotros, como pretendemos discutir ideas sobre la Ciudad y hacer un balance de la gestión de Macri, fuimos afectados en ese sentido.

–¿Qué diferencias ve entre esta elección y la anterior que disputó con Macri?–Para empezar, que Macri ya gobernó. Por eso, ahora la gente puede evaluar qué hizo y qué no hizo. Y también, que como nosotros seguimos gobernando a nivel nacional, queda claro que no hay ningún tipo de comparación entre lo que llevó a cabo cada gobierno.

–¿Usted cómo evalúa al gobierno del PRO?–Tuvo muy pocos aciertos. No mostró sensibilidad para atender los problemas de la zona sur ni los problemas de los más humildes. Tampoco avanzó en la resolución de otros grandes problemas. No hay programa, no hay una mirada hacia dónde avanzar, entonces, las medidas que se tomaron, algunas de las cuales son buenas y nosotros vamos a continuar y fortalecer, no están articuladas en dirección a un mismo proyecto.

–¿Qué deudas deja Macri en esta gestión?–Muchas. Los kilómetros de subte que dijo que iba a hacer, ¿dónde están? El hospital de Lugano, ¿dónde está? Las 8 mil viviendas por año que prometió, ¿dónde están? No cumplió la Ley de Basura Cero, que es una prioridad ambiental. No hay un proceso de descentralización de la Ciudad. Hay que ir a la zona sur y preguntar cuántas escuelas inauguró. Las últimas tres que se abrieron allí las construyó la Nación. Hace poco estuve en una escuela de la Villa 21 y es una vergüenza su estado. ¿Por qué los pobres tienen que ir a una escuela donde hay piso de cemento, donde salís negro de mugre, donde no hay ventanas y el techo es de chapa? Parece que hubiera dos parámetros diferentes: escuelas para sectores medios y escuelas para pobres. El complejo del Borda-Moyano es otro ejemplo de lo que está mal. Lo único nuevo que hizo Macri fue tercerizar ciertos temas de infancia, de adolescencia, de adicciones, y la verdad es que no lo hizo bien.

–Pero usted recién hablaba de continuar con las medidas que sí se hicieron bien. ¿Cuáles serían?–Nosotros apoyamos y votamos en el Senado y en la Cámara de Diputados la creación de la Policía Metropolitana. Pero teníamos otro proyecto: que el jefe de esa fuerza fuera un civil elegido por la mayoría parlamentaria, en lugar del Fino Palacios, que estaba procesado por encubrir el atentado a la Amia, y todo el equipo de la Federal que después se dedicó a hacer inteligencia interna y espiar opositores. Macri tomó el tema de la policía porteña muy livianamente y pensó que era algo simple. No tuvo una mirada estratégica para ver cómo se complementaba la Metropolitana con la Federal, cuando se trata de que trabajen juntas.

–Macri suele decir que el Gobierno nacional le pone palos en la rueda. ¿El Estado nacional no debería actuar en conjunto con el porteño pese a que sus gobiernos tengan diferente color político?–Por supuesto que sí, pero debés tener un distrito dispuesto a trabajar. Y la Ciudad, con Macri, fue lo contrario. Es mentira cuando dicen que nos llaman y no les atendemos el teléfono. Las veces que (Guillermo) Montenegro se sentó con Nilda Garré se llegó a un acuerdo y pudieron avanzar. Cuando la Corte Suprema dispuso sanear el Riachuelo y que trabajen Nación, provincia y Ciudad en la Acumar, se avanzó muchísimo, pero quien no cumple ahora –y está en la última resolución– es la Ciudad. Y cuando se trataba de proyectos para hacer escuelas o viviendas, ellos no se presentaban.
–Sin embargo, es cierto que el Gobierno nacional le retuvo al Ejecutivo porteño, durante bastante tiempo, la posibilidad de colocar bonos en el exterior para financiar la ampliación de los subtes, ¿qué me dice de eso?–Que está claro que el Gobierno nacional no tiene responsabilidad por la falta de construcción de los subterráneos. Cuando Macri pudo vender los bonos, pagándolos al 12 y medio de interés, con la plata, 5.400 millones de dólares, ¿hizo algún subte? No había proyectos. Nosotros estuvimos sentados con las empresas y el principal problema que nos plantearon era ése: que no tenían los proyectos. Si nosotros ganamos el 31 de julio, el 1 de agosto vamos a ponernos a hacerlos, porque no están. Macri está solamente terminando lo que empezaron Ibarra y Telerman. Su falta de trabajo en conjunto con la Nación es una estrategia para echarle la culpa al Gobierno nacional por todo.
–¿Usted dice, entonces, que Mauricio Macri no hizo más porque no quiso? –Totalmente. Los recursos del subte los pasó a Educación. Infló el presupuesto en 570 millones de pesos para obras y ¿cuánto cumplió el primer trimestre? El 5 por ciento. En todos los temas, Macri no quiso ser el jefe de Gobierno sino el jefe de la oposición porque él quería ser presidente. Y para ser presidente tenía que antagonizar con el partido oficial, mostrar las diferencias. Y es lo que va a seguir haciendo en los próximos años si gana, en lugar de gobernar la Ciudad. Su postulación es por descarte. Él mismo dijo como 100 veces que quería ser candidato a presidente y terminó festejando con globos que no tuvo el coraje de enfrentar a Cristina. Hay grandes estadistas, como Lula o Tabaré Vázquez, que no ganaron y después sí, porque justamente fueron construyendo su carrera a partir de tener un proyecto. A Macri está claro que le interesó cuidar sus intereses económicos en la Ciudad y no ir a debatir los grandes temas nacionales.
–¿Y Pino Solanas?–Pino también dijo que iba a ser candidato a presidente, pero también vio que las encuestas no le permitían competir con Cristina y decidió venir a la Ciudad. Pagó el costo político de no tener una fuerza nacional. ¿Dónde está ahora su armado, si hasta Lozano se fue con Binner? Argumedo no va a sacar ningún voto.

–Hablemos de las comunas, que van a votarse por primera vez. ¿Qué cambios pueden traer para la Ciudad? –Las comunas tienen por lo menos tres funciones claves. Primero, te fijan prioridades a nivel local. Por ejemplo, una cosa es la seguridad con las salideras en el microcentro, otra cosa es la seguridad con las villas y otra en las zonas limítrofes con la General Paz. Entonces, son una polea de transmisión en el lugar donde aparece el problema y hay menos posibilidad de cometer errores. El segundo tema es que tienen sobre algunos ámbitos –por ejemplo, en el espacio público, en la basura y en pequeñas obras– presupuesto y capacidad de decisión y control. Y una tercera cuestión es que generan focos de participación política de los vecinos. Macri envió un proyecto de ley para limitar el poder, la guita y las funciones de las comunas. El argumento fue que pierde poder el jefe de Gobierno, cuando yo creo que es al contrario. El tema es qué concepción de poder tenés. Macri tiene una concepción del poder de articulación con las corporaciones y nosotros tenemos una concepción del poder de articulación con el pueblo. Macri no quiere una ciudad participativa.


–¿En qué otros aspectos usted planea fomentar la descentralización?–Tenemos que llevar adelante un proceso paulatino para que todos los barrios tengan su centro comercial a cielo abierto, su cultura, su alternativa productiva. Pensamos 15 grandes centros culturales para los barrios, nuevas orientaciones para el turismo, una ciudad al estilo de Barcelona o París, una ciudad con múltiples centros para actividades distintas, donde cada uno empieza resolver los problemas más cerca de su casa. De esa manera, además, se baja el nivel de movilidad en la Ciudad. Hoy tenés 850 mil autos de la Ciudad pero entran 1.550.000 de la provincia. Y tenés en la Ciudad 3 millones de habitantes pero entran entre 3 y 5 millones más por día. Somos una ciudad que vive articulada con lo metropolitano. Pero todo va hacia el centro.

–¿Piensa dividir ministerios, crear nuevos?–Estamos pensando en separar Cultura de Turismo porque no tienen nada que ver entre sí. Los dos van a mantener el rango, pero separados. Y queremos crear un ministerio de la tercera edad, que articule todas las políticas para ese sector, que hoy están muy fragmentadas.


–Pasemos al plano nacional. ¿Qué opina de la designación de Boudou como candidato a vicepresidente?–Me parece muy bueno. Primero, porque da la tranquilidad de tener un vicepresidente que esté en la misma sintonía que el presidente, cosa que es de sentido común, pero para nosotros va a ser una novedad [risas]. Y en segundo lugar, porque es un tipo de laburo. Lo ejemplificó con lo de las AFJP, con la Asignación Universal. Y a los porteños, además, nos favorece porque es un tipo que caminó la Ciudad porque fue precandidato.

–Más allá de la designación de Amado Boudou, la CGT quedó enojada por el cierre de listas. ¿Lo ve así? –Yo estuve con varios dirigentes de la CGT ese día y no lo noté.

–El sindicalista Juan Carlos Schmid declaró públicamente su enojo.–Puede ser que alguno lo haya hecho, pero no lo vi como un tema central.


–¿Cree que la CGT va a seguir apoyando al Gobierno de la misma manera que hasta ahora?–Sí, porque el proyecto es compartido, más allá de un cargo.

–La última, ¿qué pronóstico hace para la elección porteña?–Miren, tengo acá una encuesta de Julio Aurelio [muestra el estudio] posterior al tema Schoklender, que da en la primera vuelta una diferencia de apenas seis puntos entre Macri y yo. Las encuestas que tenemos nosotros nos marcan dos o tres puntos en el ballottage, que pueden ser para arriba o para abajo porque está muy polarizada la elección. Creo que va a ser una segunda vuelta muy reñida, en la que me veo ganando.


Propuestas para la Ciudad
Seguridad: “Vamos a sumar el esfuerzo de la PM a la Federal y otras fuerzas como Gendarmería o Prefectura. Y, fundamentalmente, la Metropolitana tiene que trabajar también en conjunto con la Bonaerense. Porque necesitás un comando metropolitano conjunto, más allá del 911. Vamos a crear la figura del comisionado civil en cada una de las comisarías y también a nivel general. Van a ser elegidos por el pueblo y van a tener funciones de control de la Policía Metropolitana. Serán una polea de transmisión de la mirada de los foros vecinales y la Policía. También queremos que el jefe de la PM sea un civil elegido por los legisladores.”

Educación: “Se necesita ir a la zona sur con más escuelas. Vamos a construir 50 con todo el equipamiento necesario para que los chicos puedan estudiar en las mejores condiciones. También estamos trabajando con la UBA para llevar una sede a la zona sur, porque hay en la Costa, en el Gran Buenos Aires, y no hay en la zona sur. En la Ciudad, hoy no hay ninguna ley de Educación. Solo parches de distintas leyes. Tampoco hay ninguna medida educativa. Nosotros, en cambio, hicimos las escuelas bilingües: medio día en un idioma y medio día en otro. Ésa sí es una medida, porque el chico pobre puede ir al Washington School a aprender inglés, o a otra escuela a aprender italiano o francés.”
Salud: “Terminar el hospital de Lugano, que no se avanza. Quiero los hospitales abiertos todo el día y que se hagan más Cesac para la atención primaria. Tener digitalizada la historia clínica de cada uno de los porteños para que puedan atenderse en cualquier hospital. Poder obtener el turno por teléfono. Hay avances tecnológicos que son imprescindibles. El tema de adicciones y de salud mental también es importante. Cuando vas al Borda, al Moyano o al Ameghino, ves su desmantelamiento y la falta de política del Gobierno porteño.”

Vivienda: “Construcción de viviendas sociales, porque hay 160 mil personas que viven en villas. Es imprescindible poner a trabajar al Banco Ciudad en créditos para los jóvenes, para la primera vivienda de los sectores medios. Con capacidad de ahorro, la gente que hoy paga un alquiler podría acceder a una cuota de 2.000 pesos, y que los intereses tengan una subvención fuerte. ¿Es factible? Sí, porque el Banco Ciudad ganó el año pasado más de 600 millones de pesos.”
Obras públicas: “La finalización de la autopista ribereña, el soterramiento del ferrocarril Sarmiento y la extensión de la red de subtes con una inversión de 5.000 millones de dólares. También, la construcción del tren Retiro-Ezeiza, entre otras.”

Área metropolitana: “Es imprescindible trabajar en tres temas con la provincia: seguridad, basura y transporte. Y también en salud y educación. Vamos a resolver estas cuestiones en conjunto. Ya presentamos un proyecto de ley para la creación del Ente de Transporte Metropolitano. Y a nivel nacional avanzamos con el soterramiento del FC Sarmiento. Con el tema residuos, hay que implementar ya la Ley de Basura Cero, porque están a punto de colapsar los centros de deposición final a cielo abierto.