miércoles, 6 de noviembre de 2013

La biología hace política



Hace un mes supimos que la Presidente tenía un problema de salud que debía ser atendido rápidamente.
El tratamiento de dicho problema la sacó de la centralidad política a que nos tenía acostumbrados.
En el lapso de tiempo transcurrido desde ese momento, hubo elecciones nacionales, en que unos dicen que el FPV perdió y otros con los números de bancas en el Congreso dicen que ganó.  Como todo hecho de la realidad política tiene distintas visiones, según las simpatías del observador.
Casi simultáneamente, la Corte Suprema de Justicia dijo que la Ley de Medios era completamente constitucional y que el multimedios Clarin debía adecuarse a la Ley.

Este fallo desfavorable a uno de los poderes fácticos mas importante del país, hizo que para muchos dirigentes de todo tipo y “periodistas independientes”, la Corte Suprema pasara de ser “la reserva moral de la democracia” a un grupo de jueces cooptado por el Kirchnerismo y su titular Lorenzeti, hombre de dudosa estatura moral.
Si uno lee La Nación, Clarin y Perfil de los últimos días percibe como le tiran “baldes de mierda” a la Corte Suprema.
Hasta aquí todo “muy normal” en el escenario político argentino.

Lo que me llama la atención en forma positiva es la normalidad con la que el país sigue funcionando, sin la Presidente en el centro de la escena por razones de salud, pareciera que los distintos funcionarios cumplen con sus tareas normalmente y la realidad no se descontrola.

Pareciera que la biología le ha tendido una mano a Cristina Fernandez para finalizar su mandato con un estilo distinto, menos exposición pública e igual o mayor iniciativa política en la gestión cotidiana y en la institucionalización del kirchnerismo.


En realidad, esto último son mis deseos.

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