Para comprender lo sucedido con el fiscal Nisman, quizás haya que
retroceder en el tiempo y analizar las causas que han producido ese tremendo
cachivache anquilosado, que parecer ser nuestro Poder Judicial.
Quizá siempre lo fue, nunca he tenido relación con ese mundo.
Lo que creo es que el fiscal Nisman fue un emergente “aggiornado” de esa
corporación opaca de costumbres medievales.
Quedó a cargo de una unidad especial creada para concentrar todas las
investigaciones vinculadas al atentado en el año 2004, al frente de una estructura que no
escatimaba gastos: una oficina con grandes medidas de seguridad, cinco
secretarios y más de cincuenta personas a su cargo.
Luego de 10 años
de investigación, interrumpe sus vacaciones en plena feria judicial para
presentar una denuncia por encubrimiento contra la Presidente de la Nación , su ministro de
Relaciones Exteriores y otras personas.
De la denuncia
en sí ya casi nadie habla, por la escasa calidad jurídica de la misma, la falta
de pruebas que justifiquen sus dichos y la nula conexión con la realidad de los
objetivos perseguidos por el “encubrimiento”.
Del análisis de la denuncia y como fue presentada, queda claro que el
fiscal Nisman se decidió a participar de una “operación política” contra el
Gobierno.
Luego de presentada la denuncia fue al programa “A dos voces” a
hablar sobre la misma, no citó a conferencia de prensa, sino que fue a uno
de los programas insignia del grupo Clarín, a hablar en contra del Gobierno y
acerca de la denuncia que realizó.
Ya el día sábado anterior a su muerte, la denuncia se caía a pedazos,
fundamentalmente por la
respuesta del Sr. Ronald Noble, ex Secretario General de Interpol a los
requerimientos del Ministro Timerman y también por las declaraciones realizadas
por el juez de la causa Canicoba Corral, diciendo que se enteró de la denuncia
de Nisman por los diarios y que ya en el año 2006 cuando aceptó pedir la
captura internacional de funcionarios iraníes, le dijo que consiguiera pruebas
que pudiesen servir en un juicio, ya que lo que tenía era insuficiente, también
le solicitó que investigara la pista siria y la pista local, luego de 8 años
nada de lo solicitado había sido investigado.
Con estos elementos en contra el día lunes Nisman tenía que defender su
denuncia en el Congreso.
Mi sensación personal es que, luego de 10 años de manejar gran cantidad
de recursos en la unidad que dirigía, de codearse con funcionarios de la Embajada de EEUU, de la C.I .A. y de otros servicios de
inteligencia, el tipo “se la creyó”, creyó que era importante y que podía jugar
en las “ligas mayores”, por ejemplo, participar en la destitución de la Presidente , le vendieron
“carne podrida”, se mandó y lo dejaron “colgado del pincel”.
Por otra parte, también creo que fue un delincuente, un funcionario
judicial de la Nación
que va a recibir directivas a la
Embajada de EEUU y que dicta Resoluciones de acuerdo a lo que
le indican autoridades de un país extranjero, creo que está cometiendo uno o
varios delitos.
Ahora, los medios hegemónicos lo quieren elevar a la categoría de “mártir
de la Nación ”,
poco hablan de la denuncia en sí, pero hablan de su profunda vocación por el
trabajo, de su obsesión por los detalles y la mayoría de las noticias que
publican son para negar la hipótesis de suicidio, sugieren asesinato, como si
para frenar la denuncia que hizo hubiese hecho falta un crimen, esa denuncia se
frenaba con 10 preguntas y el pedido de pruebas.
El mayor perjudicado por el crimen de Nisman es el Gobierno, como
dice Abel, en el imaginario de la gente quedará que Nisman murió luego de
denunciar a Cristina, veremos que pasa en octubre.
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