lunes, 2 de febrero de 2015

Nisman, emergente de un cachivache

Para comprender lo sucedido con el fiscal Nisman, quizás haya que retroceder en el tiempo y analizar las causas que han producido ese tremendo cachivache anquilosado, que parecer ser nuestro Poder Judicial.
Quizá siempre lo fue, nunca he tenido relación con ese mundo.

Lo que creo es que el fiscal Nisman fue un emergente “aggiornado” de esa corporación opaca de costumbres medievales.

Quedó a cargo de una unidad especial creada para concentrar todas las investigaciones vinculadas al atentado en el año 2004, al frente de una estructura que no escatimaba gastos: una oficina con grandes medidas de seguridad, cinco secretarios y más de cincuenta personas a su cargo.

Luego de 10 años de investigación, interrumpe sus vacaciones en plena feria judicial para presentar una denuncia por encubrimiento contra la Presidente de la Nación, su ministro de Relaciones Exteriores y otras personas.

De la denuncia en sí ya casi nadie habla, por la escasa calidad jurídica de la misma, la falta de pruebas que justifiquen sus dichos y la nula conexión con la realidad de los objetivos perseguidos por el “encubrimiento”.

Del análisis de la denuncia y como fue presentada, queda claro que el fiscal Nisman se decidió a participar de una “operación política” contra el Gobierno.

Luego de presentada la denuncia fue al programa “A dos voces” a hablar sobre la misma, no citó a conferencia de prensa, sino que fue a uno de los programas insignia del grupo Clarín, a hablar en contra del Gobierno y acerca de la denuncia que realizó.

Ya el día sábado anterior a su muerte, la denuncia se caía a pedazos, fundamentalmente por la respuesta del Sr. Ronald Noble, ex Secretario General de Interpol a los requerimientos del Ministro Timerman y también por las declaraciones realizadas por el juez de la causa Canicoba Corral, diciendo que se enteró de la denuncia de Nisman por los diarios y que ya en el año 2006 cuando aceptó pedir la captura internacional de funcionarios iraníes, le dijo que consiguiera pruebas que pudiesen servir en un juicio, ya que lo que tenía era insuficiente, también le solicitó que investigara la pista siria y la pista local, luego de 8 años nada de lo solicitado había sido investigado.
Con estos elementos en contra el día lunes Nisman tenía que defender su denuncia en el Congreso.

Mi sensación personal es que, luego de 10 años de manejar gran cantidad de recursos en la unidad que dirigía, de codearse con funcionarios de la Embajada de EEUU, de la C.I.A. y de otros servicios de inteligencia, el tipo “se la creyó”, creyó que era importante y que podía jugar en las “ligas mayores”, por ejemplo, participar en la destitución de la Presidente, le vendieron “carne podrida”, se mandó y lo dejaron “colgado del pincel”.

Por otra parte, también creo que fue un delincuente, un funcionario judicial de la Nación que va a recibir directivas a la Embajada de EEUU y que dicta Resoluciones de acuerdo a lo que le indican autoridades de un país extranjero, creo que está cometiendo uno o varios delitos.

Ahora, los medios hegemónicos lo quieren elevar a la categoría de “mártir de la Nación”, poco hablan de la denuncia en sí, pero hablan de su profunda vocación por el trabajo, de su obsesión por los detalles y la mayoría de las noticias que publican son para negar la hipótesis de suicidio, sugieren asesinato, como si para frenar la denuncia que hizo hubiese hecho falta un crimen, esa denuncia se frenaba con 10 preguntas y el pedido de pruebas.


El mayor perjudicado por el crimen de Nisman es el Gobierno, como dice Abel, en el imaginario de la gente quedará que Nisman murió luego de denunciar a Cristina, veremos que pasa en octubre.

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